Sonidos del futuro (Artículo de la Revista Muy Interesante)

En 1910, el artista italiano Luigi Russolo, de la vanguardia futurista, empezó la música electrónica al construir su Intonarumori, instrumento que imitaba sonidos urbanos cotidianos, como el motor del automóvil o los pasos de los obreros que salían de una fabrica. Era el inicio de la interacción de las maquinas modernas con la composición, pues brindaron sonidos imposibles de reproducir a través de los métodos convencionales.

La música electrónica tiene dos manifestaciones bien definidas Primero tenemos a la música concreta, consecuencia del estudio de ruidos y sonidos provenientes de la realidad circundante, los cuales son manipulados en un laboratorio sonoro cuyo resultado es una obra grabada y reproducida en cinta magnética. Esta técnica surgió de la asociación del ingeniero Pierre Schaeffer (1910-1995) y el compositor Pierre Henry (nacido en 1927), quienes en 1948 dieron forma a esta estética en los estudios de la Radiotelevisión Francesa. Entre sus obras fundamentales destacan La sinfonía para un hombre solo (1949), experimento sonoro en el que se escucha la llegada a casa de un individuo, sus pisadas, el bullicio de la calle y el ruido de los automóviles. También las variaciones para una puerta y un suspiro, acerca de las diferentes sonoridades que pueden encontrarse al abrir y cerrar una puerta, lo cual se convierte-en palabras de Henry en “un instrumento de música y la toco como cualquier otro, hago arpegios, escalas, trémolos”. El estudio que emplearon era la radio fusión tradicional, con ciertas modificaciones: seis tornamesas, una mezcladora y un aparato registrador de velocidad variable que permitía hacer copias y transposiciones precisas. Los primeros usos que se le dieron a las cintas magnetofónicas permitieron transformar los sonidos, en muchos casos recortando y pegando trozos de la cinta. Schaeffer comentaba que durante siglos se había hecho música abstracta, en los intentos por combinar sonidos puros. En su opinión la música concreta buscaba representar de manera realista los sonidos o ruidos de la vida cotidiana. Estrictamente hablando, no sugiere las cosas, sino que representan, es decir, es una conversación, el sonido del viento o el ruido de las maquinas; pero estos sonidos se mezclan o son superpuestos para formar una obra. La base de esta música no es la relación armónica de los sonidos, sino una secuencia lógica en el transcurso de la cotidianidad. Henry se convertiría, junto con el estadounidense Walter Carlos(hoy Wendy Carlos), en uno de los primeros compositores de música contemporánea en alcanzar al publico en general, cuando en 1967 el tema que compuso para el ballet Misa para el tiempo presente de Maurice Béjart se puso de moda en la radio francesa. Un segundo aspecto de la música electrónica es la electroacústica; en ella la música se produce de una manera metodológica, tras haber modificado los sonidos recuperados del ambiente mediante sintetizadores o computadoras y grabados en cinta magnética. Otra opción que ofrece es la combinación de los sonidos que surgen de la cinta reproducidos a la par de instrumentos tradicionales, incluida la voz humana. En la obra Himnos, Karlheinz Stockhausen recopilo más de un centenar de himnos de diferentes países cuyas melodías se escuchan como si se sintonizaran en un sistema de radio de onda corta. Una variante del siglo XXI, no menos importante, es el método mashup, en el cual se recogen pistas de varias canciones pop que se unen de forma consecutiva para conformar una sola composición.